En 2020, cada ciudadano en España lanzó a la basura una media de 30 kg de comida, según el Eurostat. El sector agricultor y ramadero lanzó unas 845.000 toneladas de alimentos. El sector de la alimentación también desperdició millones de toneladas de comida.
Esta realidad tiene un impacto económico, medioambiental y social, puesto que muchas personas en situación de vulnerabilidad no tienen acceso a alimentos.
En este artículo, abordamos la situación actual del desperdicio alimentario en el sector y cómo se puede remediar, empezando por comprender la diferencia entre la fecha de consumo preferente y la de caducidad y mostrando diferentes técnicas para alargar la vida útil de un producto.
En Proacciona, consultoría de seguridad alimentaria de Barcelona, somos expertos en guiar a empresas del sector de la alimentación para reducir el desperdicio alimentario e implementar las certificaciones necesarias que te ayudarán a garantizar la seguridad alimentaria en todo momento.
Contexto
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), el desperdicio alimentario genera aproximadamente el 8 % de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero.
En España, en 2020 la industria y distribuidoras del sector de la alimentación lanzaron a la basura más de 1,6 millones de toneladas de comida, es decir, unos 55 kg por ciudadano. En Europa, se desperdiciaron más de 20 millones de toneladas, según el Eurosat.
¿Qué es la vida útil de un producto?
Es aquel periodo de tiempo en el que un alimento se mantiene en buenas condiciones desde que se elabora hasta que empieza a deteriorarse.
Los alimentos se pueden clasificar en alimentos perecederos (carne, pescado fresco…), alimentos semi perecederos (frutos secos, tubérculos…) y alimentos no perecederos (harinas, azúcar, sal, aceite…).
La información de la vida útil de un alimento debe aparecer en la etiqueta. La fecha de caducidad se suele usar en productos muy perecederos y la fecha de consumo preferente en productos poco perecederos.
Es muy importante conocer la diferencia entre la fecha de caducidad y de consumo preferente, puesto que nos puede ayudar a reducir el desperdicio alimentario y no tirar el producto antes de tiempo.

Alargar la vida útil de los productos
Existen diferentes técnicas para aumentar la vida útil de un producto, manteniendo las propiedades organolépticas y evitando el deterioro del alimento. De este modo, aprovecharemos mejor el producto para evitar que se desperdicie como ocurriría en los procesos tradicionales.
Algunos de estas técnicas son:
- Liofilización: Se trata de congelar un alimento, deshidratarlo posteriormente y eliminar así toda el agua. De este modo, se reduce el espacio del alimento. Para recuperar su forma, basta con hidratarlo de nuevo.
- Ultracongelación: Consiste en descender rápidamente la temperatura hasta alcanzar los -40 grados y para ello se recurre al nitrógeno líquido o al anhídrido carbónico.
- Fritura al vacío: Es una tecnología que permite la fritura a temperaturas de menos de 110 grados. Así, se mantiene el color, los nutrientes y se reduce la presencia de acrilamida.
- Irradiación: En este caso, el producto se expone a radiaciones ionizantes para mejorar su inocuidad y mantener su calidad.
- Altas Presiones Hidrostáticas (HPP): Es un sistema de conservación en frío que utiliza altas presiones para desactivar patógenos. De este modo, se reduce o se elimina el uso de aditivos alimentarios.
Certificaciones para asegurar la seguridad alimentaria
Es fundamental también seguir con las normativas vigentes en materia de seguridad alimentaria para garantizar que el alimento que llega a las casas o a la restauración lo haga en condiciones óptimas.
Por ello, cabe recordar la necesidad de implantar un plan APPCC. También es necesario un control en el etiquetado, puesto que es donde aparecerá el contenido de la vida útil de un producto.
Las certificaciones y auditorías por parte de expertos también son de gran importancia, puesto que ayudarán a controlar el estado de los productos, para que estos no se desperdicien.
En Proacciona llevamos años implementando planes APPCC, así como certificaciones y controles a empresas del sector alimentario. No dudes en contactarnos para más información.