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Cómo evitar la proliferación de patógenos en los alimentos

Los patógenos, como bacterias, virus y parásitos, pueden contaminar los alimentos en diferentes etapas de la cadena de producción, desde el cultivo hasta la preparación y consumo. Por esta razón, es fundamental adoptar medidas preventivas efectivas para evitar la propagación de estos agentes nocivos.

En este artículo, explicaremos diversas estrategias y prácticas clave que podemos implementar para evitar la proliferación de patógenos en los alimentos, la importancia de la higiene, la manipulación adecuada de alimentos, entre otros aspectos cruciales para garantizar la seguridad alimentaria.

¿Qué son los patógenos alimentarios?

Los patógenos alimentarios son microorganismos, como bacterias, virus, hongos y parásitos, que pueden contaminar los alimentos y causar enfermedades cuando son ingeridos. Estos organismos pueden encontrarse de forma natural en los alimentos o pueden ser introducidos a través de la contaminación ambiental, la manipulación inadecuada, el procesamiento insuficiente o el contacto con superficies contaminadas.

Algunos ejemplos comunes de patógenos alimentarios incluyen la Salmonella, la Escherichia coli (E. coli), la Listeria monocytogenes, el Campylobacter y el Staphylococcus aureus. Estos patógenos pueden causar una amplia gama de enfermedades, desde molestias gastrointestinales leves hasta infecciones graves que pueden ser potencialmente mortales.

Factores que contribuyen a la proliferación de patógenos

La proliferación de patógenos en los alimentos puede ocurrir debido a una serie de factores que proporcionan condiciones favorables para su crecimiento y propagación. Estos factores pueden ser tanto internos como externos al entorno alimentario:

  1. Temperatura inadecuada: Los patógenos pueden multiplicarse rápidamente en temperaturas templadas, conocidas como la “zona de peligro”, que va desde los 5 °C a los 60 °C. Si los alimentos se mantienen a temperaturas dentro de esta zona durante un período prolongado, los patógenos pueden crecer a niveles peligrosos.
  2. Contaminación cruzada: La contaminación cruzada ocurre cuando los patógenos se transfieren de un alimento contaminado a otro al entrar en contacto directo o indirecto. Esto puede ocurrir a través de utensilios, superficies de trabajo, equipos, manos no lavadas u otros alimentos contaminados.
  3. Higiene deficiente: La contaminación de alimentos puede ocurrir cuando los manipuladores no se lavan las manos correctamente, no usan equipos de protección personal, no mantienen limpias las superficies de trabajo o no siguen prácticas de limpieza y desinfección adecuadas.
  4. Almacenamiento inadecuado: Los alimentos perecederos deben mantenerse refrigerados para evitar la proliferación de bacterias, mientras que los alimentos secos deben almacenarse en lugares frescos y secos para evitar la contaminación por hongos y otros microorganismos.
  5. Tiempo prolongado entre la preparación y el consumo: Cuando los alimentos preparados se dejan sin refrigeración durante largos períodos de tiempo, los patógenos tienen la oportunidad de multiplicarse.
  6. Calidad de los ingredientes: Si los ingredientes utilizados en la preparación de alimentos están contaminados desde el origen, ya sea debido a prácticas agrícolas inadecuadas o al transporte y almacenamiento incorrectos, existe un mayor riesgo de proliferación de patógenos.
  7. Condiciones medioambientales desfavorables: Las condiciones ambientales, como la presencia de plagas, la falta de control de insectos o roedores, y el contacto con aguas residuales u otros contaminantes, pueden favorecer la proliferación de patógenos.

Medidas preventivas para evitar la proliferación de patógenos

La prevención de la proliferación de patógenos en los alimentos es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud de los consumidores. A continuación, os damos algunas medidas preventivas:

Buena higiene personal

  • Lavado de manos adecuado y frecuente con agua y jabón, especialmente antes y después de manipular alimentos, después de ir al baño y después de tocar superficies contaminadas.
  • Uso de equipos de protección personal, como guantes y gorros, cuando sea necesario.
  • Mantenimiento de una buena salud personal y notificación de enfermedades o infecciones que puedan afectar la seguridad de los alimentos.

Manipulación segura de alimentos

  • Mantenimiento de una separación adecuada entre alimentos crudos y cocidos para evitar la contaminación cruzada.
  • Utilización de utensilios y superficies de trabajo limpios y desinfectados.
  • Evitar la exposición prolongada de los alimentos a temperatura ambiente, especialmente aquellos perecederos.
  • Uso de recipientes adecuados para almacenar y transportar alimentos, preferiblemente herméticos y resistentes a la contaminación externa.

Control de la temperatura

  • Almacenamiento adecuado de alimentos perecederos en refrigeradores a temperaturas seguras (por debajo de 5 °C).
  • Cocinado de alimentos a temperaturas internas seguras, utilizando termómetros de alimentos para verificar la temperatura.
  • Evitación del enfriamiento lento de alimentos cocinados y calentamiento repetido, ya que esto puede favorecer el crecimiento de patógenos.

Limpieza y desinfección

  • Limpieza regular de utensilios, equipos y superficies de trabajo con productos de limpieza y desinfección apropiados.
  • Mantenimiento de áreas de preparación de alimentos limpias y libres de residuos y escombros.
  • Limpieza y desinfección de áreas de almacenamiento y refrigeradores periódicamente.

Control de proveedores y materias primas

  • Verificación de la calidad y procedencia de los ingredientes y materiales utilizados en la producción de alimentos.
  • Colaboración con proveedores confiables y con buenas prácticas de seguridad alimentaria.
  • Implementación de programas de control de calidad y auditorías regulares a los proveedores para asegurar la inocuidad de los ingredientes.
  • Implementación de sistemas de trazabilidad para poder rastrear el origen de los alimentos y facilitar la identificación rápida de posibles fuentes de contaminación en caso de un incidente.

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